miércoles, marzo 28, 2007

¿Qué es hacer Patria?- ¿Vivir o contar la Historia? - Reflexiones sobre la involución en Huaviña.

Los caminos de la vida me han llevado a encontrarme con una personita de una riqueza espiritual tal que, siendo santiaguina de nacimiento, (creo), es otra amante del sol, del misterio y de los cuentos de la Pampa y del Desierto de la Primera Región. Es un alma aventurera que cada vez que sus ahorros se lo permiten vagabundea por las soledades de la Pampa y fotografía y escribe sobre cada muestra de vida e historia que el viento de ese terruño inmenso le indica y le susurra al oído. Avecindada en Iquique busca oxigenarse remontando los cerros, cual barrilete loco que desea llegar al sol. Vayan para ella y para todos los como ella, mis sinceros reconocimientos por la labor que realizan enalteciendo nuestras costumbres y nuestra historia y por amar de la manera que ella y otros amamos ese indescriptible y enigmático Norte chileno. Jo escribió ésto: Reflexiones sobre la involución de Huaviña Con mucho gusto y después de bastante tiempo volví a Huaviña para saber de las mellizas. Al igual que al año anterior llegué para la Fiesta de la Candelaria, un poco más de movimiento, un poco más de gente, más gente joven que se movía con sus instrumentos de bronce rumbo al cementerio y con una pelota de fútbol para jugar una “pichanguita” por mientras. Encontré a Lucila, encontré a las mellizas, muy sanas, redonditas, Pamela muy contenta por las visitas, Paulina más tímida. Ya caminan, ya suben las escalas que hay en el pueblo y algunos de los cerros. A pesar de encontrarlas bien, me dio mucha pena ver que casi dos años después del terremoto la iglesia sigue igual, con medio campanario en el suelo, que las mediaguas del Serviu son también las mismas y que por el contrario, hay otras cosas que han cambiado. Joel, el marido de Lucila, estaba trabajando en la construcción del puente, que permitirá, quizás, que Huaviña quede menos aislado en las épocas de riada, bien por el desarrollo local, bien por el pueblo, bien por la gente que tiene un ingreso fijo y que trabaja por el bienestar de su comunidad. Marta, la hermana de Lucila, también estaba trabajando en esta empresa, ayudando en la cocina, bien por Marta también.Pero, ¿cuáles son las consecuencias de este desarrollo? Si bien ya mencioné dos ventajas, esto ha significado que las personas que han trabajado en estos proyectos viales hayan abandonado sus labores agrícolas, ya no hay zanahorias, no hay betarragas, ya no están las yerbas que tomaban para sanar. Según entendí, las utilidades por las ventas de sus productos eran tan mínimas que lógicamente les convenía más trabajar para esta empresa de construcción, aunque sea temporalmente. Con mucha ilusión Lucila me contó que se van a vivir Alto Hospicio en los próximos meses; que se dieron cuenta que no tienen más que hacer en el pueblo, que el sistema de la empresa les proporciona más estabilidad, que van a tener más acceso a “cosas”, que las niñas podrán ir a la escuela sin tener que luego cambiarse al internado de Huara cuando pasan séptimo básico. Prácticamente sentí angustia cuando Lucila me contaba todo esto, mientras ella se llenaba de ilusiones yo pensaba en el panorama que les espera en Alto Hospicio, en cómo se van a perder prácticas de cultivo, en cómo se va desgranando el pueblo; cómo explicarle que van a ser los últimos en la cadena, que las “maravillas de la ciudad” no son tan fantásticas como piensan, que las niñas en vez de estar en contacto con los cerros, el río, y los animales van a estar en contacto con influencias que para ellos diría que no son sólo potenciales, sino peligros directos. Pensé también que quizás llegué tarde para la implementación de todos los proyectos que tenía en mente, tarde probablemente para ellos. A propósito de los recientes sucesos diplomáticos con el Perú por la emisión de un programa sobre la Guerra del Pacífico, me da vueltas y más vueltas el concepto de “un país sin historia es un país sin futuro”. Y a fin de cuentas con el cambio de los Vernal Mamani a Alto Hospicio, con esperanzas de un futuro mejor, se cierra una ventana de la historia. A pesar de este panorama bastante desalentador, desde mi perspectiva, creo que aún hay esperanzas. Cinthia, la hija de 14 años de Marta, que ya está en el internado de Huara. Marta, a su vez, este año también se va a Huara, para acompañar a su hija. Conversando con Cinthia sobre su vida en Huara me decía que para ella es muy aburrido. ¿Por qué? – “Por que no hay río, no hay animales, es mucho más fome, uno se va a dar una vuelta por la plaza y no hay nada más que hacer”. Aquí hay esperanzas, es este el momento preciso, es en esta etapa de su vida cuando hay que sembrar el respeto por su historia, por sus tradiciones, por su tierra, por su gente. En ella hay un potencial enorme de valoración que no nos podemos dar el lujo de desperdiciar; es tanta la gente que viene desde otros lugares, algunos muy lejanos, a experimentar este tipo de vida, simple, muy básico quizás para algunos, pero sustentable y sano. Cuando veo que de forma global nos dirigimos al caos total del sentido esencial de la vida, de los valores básicos de la convivencia, creo que es necesario mirar hacia atrás y darnos cuenta del momento en que los elementos cambiaron, es decir, analizar nuestra historia. Hay pueblos milenarios que han logrado sobrevivir gracias al simple hecho de preservar su historia, de mantener sus tradiciones y en algunos casos hasta su idioma original; entonces para mi la lógica dice que si por miles de años se respetaron las creencias y valores comunitarios y las cosas funcionaron de forma bastante estable, entonces quizás la solución es empezar a deshacernos de tanta “evolución”, de tanto “progreso” y volver a lo más esencial, a la forma básica de vivir, con valores que no se transan, como el respeto hacia nosotros mismos, a nuestro medio ambiente, a nuestra comunidad y entorno, es decir a nuestra historia". JO - Marzo 2007 - Los invito a conocer su romántica tarea visitándola en : http://groups.msn.com/rutasdetarapaca Post publicado en Atina Chile el 22.03.07 ***POST DESTACADO EN LA SEMANA ATINA DEL 23.03.07