MI CHILE SOÑADO
A veces me pregunto,¿ qué es lo que nos hace falta para que nuestro país, CHILE, sea un país con un pueblo feliz, donde no exista miseria, ni hambre, ni indignidad?- ¿ Quién no sueña con un CHILE donde todos los chilenos, sin excepción, tengan los mismos derechos y las mismas obligaciones, donde la justicia sea justa para todos; donde el dinero no sirva para comprar voluntades ni para explotar a los que no lo tienen, sino para generar trabajo y más trabajo; donde los empresarios o los fabricantes de dinero se “conformen” con las minimas utilidades en sus inversiones; donde la nñez sea y se sienta realmente feliz, viviendo en esa etapa de inocencia y de irresponsabilidad aún ante la vida, dedicándose exclusivamente estudiar y a jugar y a honrar su familia con su respeto; donde los ancianos puedan afrontar su vejez con fortaleza, que no les falte nada, que el Estado les proporcione vivienda, comida, cuidados, pues para eso trabajaron toda su vida: para ayudar a crecer a su país y no llegar a ancianos e inspirar lástima por su deterioro y miseria indigente a veces; donde la educación básica secundaria sea una obligación del Estado para brindársela a todo su pueblo; donde se ofrezcan todas las posibilidades de desarrollo personal para obtener diversas profesiones y especializaciones a cargo del Estado y retener la fuga futura de cerebros por falta de oportunidades; donde los hospitales y clínicas estén a disposición en forma gratuita para todo el mundo subsidiadas por el Estado. Por eso y por tantas cosas, yo deseo un CHILE donde enfermarse y curarse sea posible, donde educarse y progresar sea posible, en donde tener un trabajo estable, donde aportar para la jubilación, donde pagar los impuestos hagan que sean actos gratos pues mi país me cobija y me proteje y me siento DIGNO VIVIENDO EN ÉL . Saben, como solía hacer dentro de mi ámbito familiar, cuando mis hijos aún no se independizaban y abandonaban el nido,adolescentes ellos, por lo tanto con voz y voto, todos los meses teníamos una reunión familiar y durante ella cada uno hablaba de sus problemas y necesidades. Entonces llegaba el momento de preguntarnos : ¿ qué es lo que nos hace falta a cada uno y a nuestro hogar ? Y confeccionábamos una lista entre todos, uno necesitaba comprar unos libros, el otro necesitaba zapatillas nuevas, el otro un jean, el otro un traje y corbata, mi esposa ésto, y yo ésto otro y a la casa le faltaba tal cosa o tal aparato. Luego que armábamos la lista de necesidades íbamos midiendo las prioridades que tenían cada uno de ellas y en función de esas prioridades, las íbamos satisfaciendo, intentando evitar ir acumulando demasiadas necesidades insatisfechas. Y así, nos aprendimos a manejar con una doméstica planificación de nuestras necesidades por largo tiempo, de acuerdo a nuestros ingresos y a nuestro poder de endeudamiento crediticio, renunciando a veces, a primeras marcas, a libros nuevos de editoriales, etc etc. Creo que esa ha sido una de las buenas enseñanzas a la que nos llevó la vidaque que hemos aprendido todos en mi familia. Ahora bien, si consideramos que como todo el mundo dice: